sábado, 7 de junio de 2014

EL PERSONAJE



“EL PERSONAJE”

Si es que tenemos poca memoria. Quizás nuestros egos, nuestros momentos de falsa felicidad, alimentada por lo exterior, por lo material, hacen que nos olvidemos de lo principal… se nos olvida incluso lo que nos ha traído aquí. Llegamos del trabajo, cerramos la puerta al mundo exterior hacemos las tareas domésticas, chateamos un rato, cenamos…

Estamos en casita…que alivio… -¡Ya podemos ser nosotros mismos! –

Al cerrar la puerta, dejamos en la calle nuestras mascaras La de ser el mejor que alguien en particular; la de tener el coche, la casa, la moto, el barco, etc., mejores que los del vecino; La del saber más que alguna otra persona; La de competir para ver quién es más guap@; La del cínic@; La de victima; La de héroe o líder; La de las apariencias; La de la mentira y el engaño; La de las falsedades... Seguro que me dejo alguna, y no precisamente en Venecia.

Qué alivio llegar a casa y cerrar la puerta de golpe hasta el día después, otro día en que nos embadurnaremos nuevamente con todo ese maquillaje, cuidadosamente elaborado a medida de cada un@, para poder afrontarlo.

Pero resulta que, aun dentro de casa, teniendo pareja o no, con o sin hijos u otros familiares, no es posible deshacernos de una o dos mascarás. Todavía carecemos de algo para ser “YO mismo”, un YO más profundo y verdaderamente completo, y si lo intentamos, nos encontramos con que aún tenemos que hacer uso de nuestro ego con la pareja, con los hijos o cualquier otro familiar perteneciente a aquel núcleo. Resulta que aún tenemos que aparentar, actuar, fingir…
Pero hay escapatoria, y lo sabemos. Una salida en la que podemos deshacernos de todas las máscaras:

”La hora de dormir”.

¡Que descanso por fin! Podemos incluso quitarnos el maquillaje físico, en el caso de pertenecer al sexo femenino, . Entonces sentimos aquel alivio, el que pasamos el día esperando ansiosamente entre tarea y tarea. Aquel preciado momento es sagrado, puedes por fin ser tu mism@.

Al dormirte, tu Alma te lo agradece. Menudo día le has dado. Está tan cansad@ de batallar, de remar contracorriente, de intentar ponerle freno a tu ego… Aprovecha entonces a que estés dormid@, para salir de tu cuerpo y darse un respiro, un paseo para recargar pilas para el día siguiente.

Tu alma, mientras duermes, se depura y aprovecha para cerrar tras de sí la puerta más importante: La que te permitirá sobrevivir el día después, y los que le siguen, una vez despiert@.

Pero antes de quedarte dormid@, sigues teniendo tus pajas mentales, sigues dándole cuerda a tu ego un rato largo y después, ya medio dormid@, te das cuenta de que te ha faltado algo. Te das cuenta entonces de que has estado malgastando tú tiempo, el día entero, en una hoguera de vanidades materiales y físicas o en un “amor” egoísta, basado en un interés individualista y en la rivalidad.

Pero tu corazón también responde: Te recuerda que te ha faltado lo más importante para poder vivir tu vida, sin prisas de llegar a casa a darle un portazo a la puerta, deseando meterte en la cama para desconectarte del mundo que has estado creando tu mism@, relacionándote con otras personas, juzgando y auto juzgándote, basándote en lo material y en lo superficial a modo de “súper-vivencia” < ¡Dios mío, que agotador! >

Te percatas de que aquel personaje, que has estado interpretando no eres tú en realidad, “aunque te haya servido para sobrevivir un día más”.

Te das cuenta, “una vez más”, de que te han faltado unas gotitas de afecto, compasión por los demás, colaboración y bondad. Te ha faltado una virtuosa interpretación, sin esfuerzo alguno y con naturalidad, desde tu alma y a través de tu espiritualidad y el altruismo…

Te das cuenta de que te ha faltado la virtud del verdadero Amor hacia los demás, y hacia ti mism@.

Pero, lamentablemente, mañana hay que volver a maquillarse… “o tal vez no”, dependiendo de la atención prestada a tu corazón”

JCMillán –Medinspiración-

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