jueves, 17 de enero de 2013

Problemas Familiares


Los problemas de las relaciones familiares, si no se resuelven, pueden afectar el clima emocional y la estabilidad de la familia y, por lo tanto, detener, interrumpir o minar los proyectos individuales o comunes de sus miembros.

Las discusiones muestran diferencias de opinión que aparecen en cualquier relación. La necesidad de tener razón e imponer su punto de vista sin capacidad de negociación o de escucha activa del otro, puede ser fuente de conflicto. Cada uno tiene su verdad sobre un problema determinado sin que exista una verdad única. Estas situaciones repetitivas sin resolución satisfactoria para las partes en conflicto, generan un deterioro en las relaciones que es un indicador evidente de la necesidad de ayuda profesional.

El reproche constante, las interpretaciones inadecuadas, las ideas equivocadas y las emociones no expresadas o vehementemente expresadas, pueden ser elementos centrales para empeorar cualquier tipo de relación interpersonal. El silencio, el querer tener siempre la razón, el no saber ceder, la negación o la minimización de los problemas, son otros ingredientes mal sanos para las relaciones familiares.

Hay varios motivos para acudir a un especialista:

- Conductas inadecuadas o impulsivas.

- Excesiva rigidez o permisividad de ciertas conductas.

- Falta de habilidades para la superación o el perdón de experiencias traumáticas (infidelidad, accidentes, pérdidas afectivas, adicción, ludopatía, desempleo, fracaso escolar, irrupción de una enfermedad física o psiquiátrica en la familia u otros).

- Falta de adaptación a nuevas situaciones de cambio con repercusión importante en las relaciones familiares.

Las situaciones conflictivas más frecuentes en las que surgen problemas y que son motivo frecuente de consulta en Terapia Familiar Sistémica, aparecen especialmente con el cambio de las etapas del ciclo vital familiar:

El inicio del matrimonio.
La llegada de los hijos.
La llegada de adolescencia.
La emancipación de los hijos.
El matrimonio o las nuevas parejas de los hijos.
La llegada de la vejez y el retiro.
La llegada de los nietos.
La inhabilitación o la muerte de uno de los cónyuges
Con las familias actuales, los cambios psicológicos significativos son más complejos presentándose con frecuencia: con la formación de segundas o terceras parejas o familias; con las parejas o familias multiculturales y vinculadas a la migración; familias adoptivas; familias monoporentales, familias violentas y otras.

Fuente: www.itad.com