miércoles, 6 de mayo de 2009

Estefano

Amado Ser

Querido hijo el día que naciste fue uno de los mas felices de mi vida, porque pude ver en ti, toda la dulzura y bondad de la humanidad. Te amo mucho y deseo lo mejor para ti en la vida, que todo lo que busques se haga realidad y que encuentres la paz, el amor, la abundancia y éxito en tu camino por este mundo.

Se que no estoy cerca a ti, pero cada momento del día te pienso y te llevo dentro de mi. Junto a tu hermana son mis mas preciados tesoros y como hermano mayor siempre cuides de ella.

No existe regalo mas preciado para una persona que los hijos, y cuando es muy difícil estar junto a ellos, esa distancia se vuelve algo inmensurable de entender, pero la cercanía de nuestras almas se unen en un solo universo.

Cumples un año mas en tu proceso de aprendizaje por estos senderos y quiero que cumplas muchos mas, cada día es un obsequio muy especial que nos da la vida y en cada momento tenemos que aprovechar el instante para darnos cuenta de lo que tenemos alrededor y dentro de nosotros.

Me es difícil para mi expresar el gran amor que inunda todo mi ser cuando pienso en ti y en la princesa que tienes como hermana. Algún día se que nos volveremos a ver y compartiremos el momento, por ahora soy feliz en mis sueños y mis anhelos de estar con ustedes.

Feliz Cumpleaños Hijo Mío, nuevamente deseo lo mejor para ti, eres un niño que se va hacer hombre y en todo ese proceso estaré junto a ti, si en algún momento puedes entender estas palabras, sabrás que es lo que verdaderamente siento. Se tu mismo hijo mío.

Muchas ideas pasan por mi mente estos momentos, lo único que esta claro es que tengo hijos hermosos que son parte de mi vida y siempre lo serán.

Una vez mas, Estefano te deseo FELIZ CUMPLEAÑOS!!! HAPPY BIRTHDAY TO YOU!!!
Tu Padre que te Ama, Erick G.

También quiero compartir contigo esta carta de un padre a su hijo que me pareció muy profunda, el autor es Mario Garrido Lecona. Espero que puedas disfrutarla.


CARTA A MI HIJO


Hijo mío, la más amada de mis obras, la más valiosa, la única que podría hacerme perdurar a través del tiempo, y hacer que sienta no haber pasado la vida sin dejar huella.


Tú, hijo mío, serás mi continuación, serás la realización de mis más caros anhelos y tus triunfos serán mis goces presentidos y serán mi orgullo actual, que se despierta, cuando miro tus ojos encendidos de extraña e incomprensible luz, producto inmaterial de fantásticas visiones que anidan en tu frente en desarrollo.


Hijo, empiezas a vivir y no comprendes, aunque sientas, el impacto tremendo de las leyes a que todo ser viviente está sujeto. Empiezas a sentir extrañas cosas sin que encuentres el nombre que has de darles; quisieras abarcar el infinito y llenar tu cabeza de certezas, que por hoy, solamente está poblada de angustiosas dudas y una que otra verdad mal comprendida. Quisiera que al mirar o al escuchar lo que te escribo, sintieras cuando menos, que yo, si te comprendo, que yo sí te conozco y que por ello, comprendiéndote, conociéndote y amándote, no voy a exigirte perfecciones, ni a exigirte que seas como yo quiero, no voy a encerrarte en ese molde donde cuajan vistosas gelatinas. Tú, eres tú, mi hijo sí, a quien he heredado muchas cosas, quizás, para mí desconocidas, pero de todas, la más importante, la vida misma que habrá de realizarse en condiciones, circunstancias, factores, etapas de tiempo y de doctrinas por mí no controlables, por ello, de antemano habré de respetarte y habré, aún más, de comprenderte y comprender tu época, tu medio, tus semejantes y no me sentiré defraudado cuando vea que no eres como yo fui a tu edad, que no te gusta la música que a mí me embelesa y no te creeré loco porque sueñes en llegar algún día, a pisar otro suelo, en otro planeta que yo ignoro.


Quiero advertirte que algunas veces, sentirás el temor de hallarte solo, de sentirte abandonado, de empezar a caminar por sendas de un final desconocido, pero eso, hijo mío, no debe anona darte ni debe decidirte a un descanso fingido e improducente, eso, es tan solo, algo común al ser viviente; sigue, sigue tu adelante, hasta que logres ver tu esfuerzo coronado y sientas tu ser mismo complacido.


Comprobarás que en el mundo no estás solo, aunque el Padre y la Madre se hayan ido, mirarás otros niños, otros hombres y al mirarlos sentirás que son ellos tus hermanos, que buscan que les brindes tu cariño, que quieren compartir contigo el fruto de su esfuerzo y de tu esfuerzo y acogerte en su seno, como miembro de una familia feliz, que tiene como casa el U N I V E R S O.


MARCO GARRIDO LECONA

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