domingo, 11 de enero de 2009

REENCUENTROS

Creo que el tiempo no es un remedio del alma, es mas bien una pausa que uno se impone para no ver lo que es la realidad. Al tener un reencuentro todo puede pasar, desde recuerdos muy felices hasta memorias muy dolorosas.

Un reencuentro puede ayudar a sanar las heridas que no cerraron y en otros casos a abrirlas nuevamente, como estar preparados para ese momento?, no hay respuesta, pero hay una actitud que creo que puede funcionar, estar totalmente receptivo a los sentimientos que pueden existir.

En mi caso personal me di cuenta que el reencuentro me hizo ver mas claramente la realidad, aunque sea poco placentera, pude apreciar que del otro lado hay un sentimiento diferente al mío. La verdad me hubiera gustado que sea diferente, pero no se pueden forzar nada y peor ir en contra de la naturaleza, solo queda dejar nuevamente que el tiempo pase e irse acostumbrando a que así sea.

Existe un dolor muy profundo en el centro del pecho al saber la verdad.
Lo que puedo expresar hacia la otra persona al finalizar, es un gracias por todo y desearle lo mejor de la vida.

Alguien dijo alguna vez: Cuando crees que todo esta perdido mira al interior de tu alma y encontraras la luz del camino a la felicidad.

Hay que enfrentar la mayoría de veces a las situaciones poco placenteras para fortalecernos mas.
Salir de la zona de confort te hace madurar.

Al fin, el mas sincero sentimiento que nace desde el interior de mi ser es para aquella persona, siempre estará en mi corazón.


Te acordarás un día del éxodo...
De los desdenes de un amor inaugural
De la consecuencia mas gloriosa y mas inmortal de las vidas;
Fusión célebre de un espejismo, quimera, farsa
Y una juventud que ciega y precoz se prende al abismo...

Te acordarás un día…
Cuando los años se amontonen en mi cuerpo
Mientras tu biosfera trate de intuir;

tu derrumbado de pronto, sin boca, sin pulmones, ni amor,
Y sin ningún retorno.

Toleraste las condenas de mi lozana retórica
Toleraste el frío de un beso confuso y desabrido

toleraste el daño de una masa amorfa y pesada
Llamada abandono.


Y esos instantes se agitan en mi rostro

esos por los que ahora, hasta la vida puedo dar,
Pero quien podrá detenernos con ensueños inútiles,
Cuando nuestras almas empiezan a continuar;
Quien podrá engendrar seres que a ti y a mi se parezcan,
Que no han de ser medidos ni en peso ni estatura
Sino en vasta nostalgia.


Esta distancia insalvable,
Yermo voraz que sin tregua me aleja de ti
Llama a mi culpa y me acecha, y me lastima,
Infecta sin piedad mi paz y los nervios
Para mudarse finalmente a la ciudad del olvido.

Y si al cabo decides despejar acaso
Las costuras de mis manos
E insuflar boca a boca tu aliento
En mi cuerpo desmoronado
Qué habré de decir, qué...

Que no hay segunda vuelta,
que supongas que te amé,
Y aunque duele el error,
Duele en mitad de la sangre
Hoy cierro la puerta por última vez
Dejando un sueño frágil
Que se pudre debajo de la hierba.

Cynthia Vazquez

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