Cuando estás demasiado ocupado como para hacer una pausa, justo entonces es cuando hacer una pausa te aportaría el mayor de los beneficios. A veces se alcanza un punto en el cual la manera más rápida de avanzar es reduciendo un poco la velocidad.
Acelerando en tus tareas, no haciendo una pausa para recuperar el aliento nunca jamás, lo más probable es que cometas todo tipo de errores. Entonces tendrás que dedicar algo de tiempo, más tarde, a corregir esos errores y por lo tanto el tiempo que ganes apurándote, lo perderás rápidamente y terminará resultando más caro aún por los costos que ello conllevaría.
Evalúa hacer una pausa, clarificar tu mente y energizar tu cuerpo. La tarea seguirá estando allí cuando regreses y alejándote de ella por un rato, quedarás en mucho mejor posición para lidiar con ella más efectivamente.
Ser ambicioso es maravilloso, así como estar ansioso por completar la tarea. Sin embargo, trabajar sin parar hasta caer rendido no te aportará nada.
Cuanto más te concentras en el plazo en sí mismo, menos probabilidades tendrás de cumplirlo, así que concéntrate en completar la tarea a un paso firme y sostenido. En lugar de preocuparte por la posibilidad de quedarte sin tiempo, deja totalmente de lado esa preocupación y utiliza el tiempo de una manera deliberadamente calma y relajada.
No te fuerces a quedar rezagado por tratar de llegar demasiado lejos, demasiado rápido. Muévete a una velocidad tal que te permita ser el mejor que podrías llegar a ser, porque es eso lo que te hará moverte hacia adelante con más rapidez.
Jose Lopez
Imagen: "El Bosque" by Erick, acrilico y pastel de oleo.
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